El ministro de Agricultura y de Energía,  visitaron la Comisión Chilena de Energía Nuclear,  en la visita conocieron un proyecto de trabajo en conjunto entre ambas reparticiones que permitirá la...

El ministro de Agricultura y de Energía,  visitaron la Comisión Chilena de Energía Nuclear,  en la visita conocieron un proyecto de trabajo en conjunto entre ambas reparticiones que permitirá la proyección de las investigaciones en miel y otros productos de la colmena.

Los ministros de Agricultura, Antonio Walker y de Energía, Juan Carlos Jobet visitaron la Comisión Chilena de Energía Nuclear, lugar en el que conocieron el proyecto “Desarrollo y evaluación de una metodología efectiva de control y prevención de la enfermedad de Loque Americana en colmenas chilenas mediante el uso de irradiación gamma para el fortalecimiento de una apicultura nacional sustentable”, estudio que busca una metodología alternativa para controlar la presencia de esporas de Loque Americana en productos apícolas mediante el uso de radiación ionizante.

En la actividad también participaron la Secretaria Ejecutiva de ACHIPIA, Nuri Gras, el Director Ejecutivo Comisión Chilena de Energía Nuclear (CCHEN), Jaime Salas, investigadores y académicos, además de representantes de los apicultores y apicultoras de la Región Metropolitana.

El Ministro Antonio Walker destacó el trabajo interministerial, lo que ayuda a avanzar en materia de tecnología para combatir este tipo de plagas. “Estoy muy contento de estar en la Comisión Chilena de Energía Nuclear en este proyecto tan importante que es prevenir el loque, una bacteria que ataca y afecta la producción de miel, pero que también afecta muchísimo la población de las abejas. Todos sabemos la tremenda importancia que tiene la polinización para la producción de miel y sus subproductos, así que estamos muy contentos de estar realizando este trabajo y encaminados a ir en la prevención y control de una bacteria que ha afectado mucho a la población de abejas.

La autoridad del agro se refirió a la importancia de este proyecto, ya que el loque es una enfermedad que afecta de manera importante al rubro apícola, que no es una industria menos. Según cifras registradas por el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), en Chile hay 7.812 apicultores registrados, con un total de un total de 920 mil colmenas agrupadas en más de 12.500 apiarios.

Por su parte, el Ministro de Energía, Juan Carlos Jobet dijo que “esta es una iniciativa muy importante, que muestra la labor insustituible que hace la Comisión Chilena de Energía Nuclear, en investigación, en materia de salud y en este caso en apoyo a la agricultura y en especial a la apicultura. Sabemos que el rol de las abejas es irreemplazable en la polinización, que es importantísima para el desarrollo del sector agrícola, que nos abastece de alimento a nivel local, genera mucho empleo y además es uno de nuestros sectores más importantes en materia de exportaciones.

El Ministerio de Agricultura está trabajando otros proyectos con la CChEN, sobre todo el “Sistema Nacional de Verificación de la Autenticidad (autenticidad de los Alimentos) y Determinación de Origen (trazabilidad) de los Alimentos” con Achipia, trabajo que plantea la creación de una red de laboratorios para la verificación de la autenticidad y trazabilidad de los alimentos, incluyendo un Laboratorio Analítico de Referencia Nacional en la CChEN, que brindará asistencia técnica que garantizará el aseguramiento de la calidad de los resultados de los laboratorios de la Red.

Este proyecto parte con un piloto en miel, pero se espera que en el futuro pueda usarse el mismo laboratorio para otros alimentos para asegurar origen y autenticidad de alimentos, lo que permitiría agregar valor a los productos y aumentar su precio en el extranjero.

Además, el Ministerio a través de INFOR tiene también con CChEN un proyecto de utilización de técnicas nucleares para mejorar la adaptación y la productividad de las especies forestales que se enfrentan el cambio climático. El proyecto tiene por objetivo generar material genético mejorado para reforestar con especies nativas y exóticas más adaptadas al cambio climático, incluyendo plantas más tolerantes a la sequía y resistentes a plagas y enfermedades.