Se trata de una necesidad de adoptar prácticas más eficientes, sostenibles y enfocadas a la obtención de fruta de excelencia.
Con la finalidad de entregar herramientas técnicas actualizadas y promover prácticas agronómicas que permitan a los productores mejorar la calidad de sus cerezas para exportación, el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) organizó el seminario “Avances en manejos agronómicos del cultivo de cerezo para producir fruta de calidad”, instancia que reunió a productores, asesores y profesionales del rubro frutícola.
La jornada, organizada por INIA Quilamapu, contó con cinco exposiciones a cargo de los investigadores Juan Hirzel (especialista en fertilidad de suelos), Cristian Balbontín (fitotecnia de frutales), Paz Millas(fitopatología), Daina Grinbergs (enfermedades de la madera) y Edgard Álvarez, experto en postcosecha, este último de INIA La Platina. Todas las presentaciones coincidieron en la premisa clave de que el futuro del negocio cerecero depende de priorizar la calidad de la fruta por sobre la cantidad producida.
Productividad y calidad
Al respecto, Juan Hirzel subrayó que “como INIA buscamos realizar trabajos que nos permitan mejorar en productividad y calidad, y así ayudar a los productores a ser más eficientes y utilizar correctamente sus recursos”. Agregó que en el seminario se entregó información clave que apuntó a determinar dónde es posible reducir costos, cómo mejorar la calidad de la fruta, las prácticas a dejar de lado y los errores que se están cometiendo. Además se entregaron consejos para el manejo adecuado de riego y oxigenación en huertos, valores de referencia de análisis de tejidos diferenciando entre porta-injertos (Colt, Maxma-14, Gisela-s, Guindo ácido) y entre las variedades Nimba, Sweet Aryana, Santina, Lapins y Regina, todo ellos basados en estudios recientes realizados por INIA en el país.
Asimismo, el investigador de INIA destacó la necesidad de ir adoptando técnicas modernas e ir dejando algunas prácticas clásicas de aplicación como la dependencia de pesticidas y productos cúpricos. En este punto, enfatizó que “la idea es que vayamos incorporando nuevas moléculas principalmente de naturaleza orgánica, lo que permitirá mantener huertos más sanos, más longevos y plantas o huertos con menos estrés”.